Indolencia ególatra en la gente

Abordar la egolatría como tema para conocer las diferentes manifestaciones que pueden presentarse en el desarrollo de la personalidad, es conectarse con el diario transitar del individuo común que ha trazado el sobre vivir, como función de vida.

Para convertirse en persona dice Carl Rogers qué solo se requiere darse cuenta que no se es, mientras las decisiones personales estén en manos del estado emocional conocido por otras definiciones como ego o el Yo.

Por eso se dice qué la indolencia ególatra construye el uso y el abuso del yo y del a mí, centrado en un ser particular que recubre las insatisfacciones con las vanas virtudes de los muertos en función del yo.

Pero más allá de esa definición documentada que previamente presento, está el interés de resaltar qué la patología en referencia, ciertamente contiene una condición asintomática en el individuo, pero al mismo tiempo un reflejo en los actos que se manifiestan con responsabilidad hacia los demás.

En tal sentido, el funcionario público x, qué de sus actos depende la felicidad de los que lo han hecho responsable y en nombre del amor al pueblo que lo erigió, usa el poder adjudicado para reprimir los actos de quienes lo ascendieron, es claro ejemplo de una manifestación ególatra, pero el que no manifiesta sentirse reprimido aún siendo objeto de ella, constriñe los síntomas de la indolencia ególatra en función de la insatisfacción que lo reprime.

Esa aceptación indirecta del maltrato a que se refiere la represión como consecuencia de la insatisfacción, puede terminar siendo el producto de un desconocimiento a una realidad que lo ha hecho objeto de intereses externos megalomaníaco o de personales puntos de vistas megalomaníaco.

En cualquier caso, la situación acentúa un estado indolente por cambiar el efecto de la acción que se manifiesta en razón de un acto ególatra. Como bien es reseñado en el blog Giornalista FanPage. Franklin Brito: Un hombre que muere ante la indolencia de un país.

Y como pudiera terminar siendo la postura social extrema del estudiantado venezolano, ante la represión nacional por quien en egolatría, no se da cuenta, que sus actos solo defienden su yo ofendido por la amenaza que supone terminará la existencia de lo que cree ser.