ARCAÍSMO / MODERNIDAD / POSTMODERNIDAD

Este escrito tiene la finalidad de que el lector saque conclusiones y mejore la visión y salidas de nuestro proceso histórico, planteándonos si en la modernidad / post modernidad (capitalismo en transformación hacia la sociedad post moderna en socialismo, entre otras formas de desarrollo histórico) es posible un nuevo modelo histórico republicano descolonizado, ecológico, más humano y democrático, en un país que nace y permanece articulado al desarrollo del capitalismo. Es notorio que en la modernidad  de connotación mundial no se ha resuelto la problemática de seguridad, empleo, ecología, justicia social y guerra. Los venezolanos somos parte de la  modernidad en la que predomina la cultura posarcaica con relación a la ciudadana y tenemos inmensos recursos humanos,  en las diferentes áreas del saber y de las ciencias y humanidades, que transforman la naturaleza, en la producción de riquezas, en bienes y servicios; sin embargo, no hemos podido resolver nuestra problemática histórica de violencia y pobreza social e institucional. ¿Tendremos empleo, justicia y paz si superamos la violencia de la dominación a la  que hemos estado sometidos? De nuestra premodernidad (arcaica indígena / dominación arcaica colonial monárquica) hubo la salida republicana; es decir, pasamos del arcaísmo a la modernidad, en su aspecto no moderno. Nuestra realidad no arcaica ni moderna pero si posarcaica, constituye el nuevo sometimiento a la nueva forma de dominación o de neocolonialismo moderno. La modernidad es una totalidad conformada en lo moderno y lo posarcaico. La salida del atraso histórico en razón de que nuestros capitales se acumulen dentro no fuera del país, para invertir y hacernos modernos, desarrollarnos, no ha sido posible por la forma de  ser y relacionarnos en la modernidad. Desde las ideas independentistas hasta el presente hemos formulado modernizarnos, sin llegar a ser modernos ni poder salir del subdesarrollo. Continúan los enfrentamientos entre caudillos “oficialistas” y “opositores”, los cuales han terminado negociando siempre repartirse las riquezas y el poder e imponen candidatos a cargos por elección popular. No será fácil salir del circulo vicioso modernizante del subdesarrollo. Los recursos humanos, naturales y los ingresos millonarios en petrodólares, entre otros recursos, e impuestos, la dirección del estado (presidente,  ministros,  diputados, gobernadores, alcaldes, concejales, juntas parroquiales, entre otros) los administra y los ingresos nacionales distribuye en sueldos y salarios a los trabajadores de estado e invierte en construir, funcionar y mantener escuelas, universidades, hospitales, dispensarios, autopistas, carreteras, ferrocarriles, entre otros, con la obligación de cumplir con el logro de expectativas de los derechos constitucionales. Hemos vistos que quienes comparten y reparten el presupuesto nacional, por lo general, se han hecho ricos, aristócratas, mientras el pueblo trabajador pobre. Estamos al igual que el  Libertador Simón Bolívar cuando le escribió al señor Gabriel Camacho en Guaduas, el 11 de mayo de 1830, solicitando, a gobernantes de turno de esa época, justicia para que no lo privaran ni confiscaran de sus derechos ciudadanos como servidor público. Hoy seguimos viendo que la dirección política cancela deudas a élites ricas, pero no pagan deudas laborales ni prestaciones sociales de inmediato a ciudadanos humildes y en ocasiones las cobra la familia por muerte del trabajador, aparte de que en la pirámide de sueldos y salarios del estado está por cumplirse que los máximos sueldos sean de maestros y profesores, enfermeras y médicos, policías y jueces, y no sigan despilfarrándolos en groseros privilegios a politiqueros y gastos públicos no presupuestados sin control fiscal. Tenemos casos injustos que aproximadamente un rector del Poder Electoral gana mensual 12 millones de Bs., un diputado nacional 6 millones de Bs., un concejal  3 millones de Bs.,  un policía  6OO mil Bs., un maestro 600 mil Bs., un médico 900 mil Bs. Se revela que para salir de la república posarcaica, o de la cultura autoritaria y arbitraria, la fuerza de trabajo productiva en defensa, seguridad y desarrollo técnico, tecnológico, humanístico y científico del país hay que revalorarla, mantener las empresas del colectivo social rentables, impulsar la economía productiva diversificada, castigar la acumulación delictiva de capital y cualquier otras formas de corrupción, luchar contra la impunidad y cumplir los derechos constitucionales para reafirmar nuestra sociedad democrática de ciudadano estado, condición fundamental de cambio de la modernidad en un nuevo orden nacional e internacional post moderno, a objeto de superar la modernización alienante. Venezuela, Valencia, 27 de julio de 2004.

Atentamente,

rafasalazar@cantv.net, Autor: Rafael A. Salazar P.