REPÚBLICA POSARCAICA Y REELECCIÓN

La república posarcaica es la parte no moderna de la modernidad y en lo axiológico, jurídico, político y económico es más formal que de realización ciudadana, existiendo en los ciudadanos más frustraciones que éxitos; por eso la idea de transformarla, a objeto de que las expectativas ciudadanas axiológicas, sociales, económicas, jurídicas y políticas, entre otras, establecidas en la constitución y las leyes se cumplan, en el proceso actual de refundación republicana y de reeducación de conversión del posarcaico en ciudadano. Los ciudadanos asumimos cambiar los espacios de la cultura posarcaica por la democrática, abarcando la transformación de la modernidad en su totalidad hacia la post modernidad. Entiéndase por cultura posarcaica cuando el hombre irresponsable de hecho y de derecho acata pero no cumple las normas éticas ni jurídicas establecidas, prefiere los privilegios a los principios, es caudillo militar o civil que se postula a cargos de elección popular y una vez electo por reelegirse con la falsa creencia de no politizar las instituciones tiende a instaurar un pensamiento único, dificulta el pluralismo, entorpece la participación democrática y la libre discusión de ideas, trata de perpetuarse en el poder político, adueñarse de los cargos públicos con intereses personalistas y grupales, por arbitrario, demagogo, autoritario, autocrático, populista, corrupto, tramposo, retrógrado, es decir, politiquero, hace la república de fachada no de contenido puesto que anula los derechos del ciudadano y de esa forma predomina la corrupción y la impunidad, agrupado en consenso de élites mafiosas nombra e impone la dirección y los candidatos de sus respectivas organizaciones políticas impidiendo que el ciudadano elija y si vota lo haga de forma inconciente, crea el orden social en anomia, la democracia en ficticia, la justicia en injusticia y la administración de nuestras economías: petróleo, gas, oro, asfalto, hierro, bauxita, amianto, carbón, entre otros minerales, electricidad, madera, agricultura, ganadería e industrias, producción de bienes, servicios, divisas y demás activos económicos en beneficio más de particulares que del colectivo, ya que quienes han controlado, posarcaicamente, el estado venezolano, generalmente, de 1830 hasta el presente, a través de la acumulación delictiva de capital, se han hecho rico junto a su familia y el pueblo pobre, expropiado ilícitamente de su riqueza. Estos rasgos culturales alienados necesitamos cambiarlos por el orden donde predomine la política ciudadana, se penalice la politiquería y se incentive aumentar la productividad, cuidar la producción y el producto de riqueza colectiva sustentable en lo ecológico, revalorando el trabajo científico y tecnológico, y más nunca nos sigan secuestrando y destruyendo nuestros bienes, salarios, prestaciones sociales y nuestros tesoros, por lo cual: La propuesta de no reelección a los cargos públicos de elección popular; sin embargo, se podrá reelegir de inmediato y por una sola vez, para un período adicional, como premio y ratificación al funcionario público electo que ejerza excelente el cargo, a tenor de nuestra Constitución Nacional. Asimismo planteamos que el ejercicio de cualquier cargo público de elección popular es de gerencia colectiva y debemos vigilar para que el empleado público trabaje legalmente devengando un solo sueldo justo, puesto que dos o más salarios cobrados al estado por una sola persona es deshonesto e ilegal, a excepción de lo que establece el artículo 148 constitucional, en este país con alto porcentaje de desempleo y pobreza. También debemos cumplir que el funcionario no se eternice reeligiéndose hasta jubilarse en un cargo público de elección popular, para que no se convierta en traba de alternabilidad democrática, tirano y saqueador de riquezas públicas cada vez más atrevido, como ha ocurrido en nuestra historia al desatender principios constitucionales y bolivarianos por ausencia de control y sanción ciudadana. Ha llegado el momento de liberarnos de instituciones enajenadas realizando la praxis del nuevo modelo republicano de cultura democrática de ciudadano estado. Entiéndase por cultura democrática de ciudadano estado cuando el hombre ejerce y se le reconoce la autoridad y el poder político y ciudadano como integrante del estado en su derecho constituyente y de ser electo, de abstenerse e ilegitimar, de elegir votando y apoyar, solicitar informe de gestión, disentir, acusar, revocar y cambiar parcial o totalmente, de forma lícita a la directiva del estado y de cualquier otra organización en la que participe. Los electos a cargos del poder público según la constitución y las leyes designan los funcionarios de los otros poderes públicos, los cuales igualmente constituyen la directiva del estado y tienen que estar controlados por los ciudadanos. Por estas y otras nuevas libertades conformamos, en este siglo XXI, este nuevo orden ciudadano. Por el cumplimiento de nuestros constitucionales deberes y derechos ciudadanos, entre ellos, el artículo 72 de nuestra Constitución Nacional. San Carlos, Cojedes, Venezuela, 20 de agosto de 2003 y reescrito el 12/03/2006, 

Atentamente, 

rafasalazar@cantv.net, Autor: Rafael A. Salazar P.