El Quinto Sol
Durante tres décadas, la sociedad venezolana ha protagonizado escenarios, en el que el mundo se obligó a centrar la mirada en el País, para interpretar los movimientos de avanzada, que emergen del epicentro social Venezolano.
Exactamente a finales del año 1982, Venezuela comenzó afrontar despiadados ajustes económicos hasta deformar en el llamado viernes negro. En el cual, aparece el primer control diferencial de la divisa extranjera a través de instituciones especificas para las operaciones.
En otras palabras, el estado venezolano había tomado la decisión de expresar en esos términos, qué la época de los subsidios finalizaba a consecuencia de problemas en la balanza de pagos con la cuantiosa deuda externa. Asimismo indicó tácitamente, que la sociedad poseía pantalones largos para defenderse y las instituciones tenían que crecer, madurar, para que en ellas mismas encuentren respuestas objetivas que justifique su existencia.
Ahí tal vez fue el momento cuando empezó el viacrucis social que estamos viviendo, porque paso a paso se ha ensayado sin éxito aparente hasta nuestro día con sistemas, programas, fórmulas, medidas y proyectos. Todos dispuestos a continuar en optimismo en el remonte de la cuesta heredada. Y la República se ha mantenido junto a la democracia. Indicando, que sin duda hemos alcanzado logros parciales, definir el ser “Demócratas Republicanos”, porque hasta los excluidos en los años sesenta (60), que no habían sufragado en 50 años, ahora son más demócratas que los demócratas y están gobernando electos popularmente.
Es decir; hemos resuelto el primer escollo social, se ha “madurado”, ahora podemos establecer, que la democracia ya no es un sistema en Venezuela, es una forma de vida. La Democracia no necesita remoquete (elementos perturbadores de los sistemas iniciales de la relación social), como; energía, social, cristianismo, patriótica, participativa; ahora es solo Democracia como vector social constante (puente de lo que somos hacia lo que queremos), porque llegamos a la encrucijada del pasado.
Aquí es el punto de encuentro donde se cierra el ciclo de los jóvenes de 1928, que no detuvieron el paradigma caudillista ni la educación alienada; que de vehículo social se mantuvo para garantizar la permanencia de modelos socioeconómicos rentistas.
Es casualmente en este momento, que el desfase generacional establece el nacimiento de lo nuevo, con los conceptos libertad, nacionalismos, patriotismo, igualdad, productividad, enlazados a la expresión “equidad” para la planificación y producción de bienes y servicios que requiere el bienestar social. Empujado, por las corrientes de pensamientos abiertas, sin fronteras, unidas, globalizadas y en cadenas productivas, dentro del marco de los mercados, indicadores de las necesidades mundiales y al mismo tiempo, niveles de la producción.
En Venezuela el mito con los dogmas, ideologías y filosofías para organizar la sociedad, está fuera del tratamiento social.
A la Democracia como vector constante para el equilibrio social y por la independencia de las alternativas sociales irrelevantes se resume todo y, el estilo de hacerla, lo define la naturaleza social y los esquemas adoptados, como aspecto sensible a la dinámica natural de la humanidad
Los nuevos tiempos, responden únicamente a la utilización de la tecnología integral en la producción, para reducir costos, mejorando calidad y rendimiento, en el marco del acuerdo y la negociación, que sustituye la competencia por la integración a través de sistemas globalizados y sustitutivos.
Son los nuevos paradigmas, signados por elementos económicos, que requieren políticas sociales adaptadas a los nuevos niveles de producción.
Esos son los cambios legislativos que requiere el País y más del 80 % de la sociedad lo reclama y no habrá forma de resistirse a la dinámica de los nuevos tiempos.
En Venezuela sin duda la sociedad integral espontáneamente ha tomado una decisión intrínseca dentro de un liderazgo compartido, que rechaza las componendas propias de los azotes de cuello blanco y la intimidación terrorífica, en un marco de tolerancia, paciencia y ecuanimidad.
Por ello decimos que habrá vuelta social y esa será la del desarrollo. Que implicará la transformación del estado venezolano, para garantizar la salud de la república que es la de los republicanos. Permitiendo, que el individuo social venezolano reduzca el pos arcaísmo y entre a la postmodernidad, como idea estratégica en busca que se imponga el estado de derecho. Es decir; el estado republicano democrático a través de la culminación del proceso pos arcaico de ciudadanización nacional, y con ello actualizar los currículos institucionales y constitucional, según los principios de la democracia real, abierta y pluralista, donde el límite del participante sea la capacidad intelectual (meritocrácia ).
“La idea no es copiar los viejos esquemas políticos, pero si considerarlos para elaborar la nuevas praxis sociales”
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