Esta frase bíblica que a sido motivo de discusión en diferentes escenarios, tanto religiosos como científicos, académicos y sociales, es
motivo personal para reflexionar sobre el trabajo de tolerancia que me
dispuse a conquistar desde hace unos cinco años atrás.
y la traigo a la exposición
en razón de estar cerca del convencimiento, que los innumerables conceptos que hemos construidos para fortalecer la estructura mental con la que nos interelacionamos, se convierten en barreras invulnerables con la que se hacen impenetrables para cualquier modificación.
Por ello he creído conveniente pensar en voz alta con el objeto de aclamar muy dentro de mi, la señal que me indique el camino para conocer si continuar dentro de la jerarquización de la responsabilidad, como en todo caso indica la frase bíblica en referencia, cuando es esbozada por el maestro Jesús al momento de solicitarsele qué detuviera la marcha hacia su destino para cumplir con unos deudos o entender que son las circunstancias la que coloca la determinante en razón de tomar la decisión flexible de continuar.
Ahora debo hacerlo y así me he colocado, pero con el peso que se quedó atrás el que hasta hora me acompañó.
"El Alacrán"
Un maestro oriental vio cómo un alacrán se estaba ahogando, y decidió sacarlo del agua, pero cuando lo hizo, el alacrán lo picó. Por la reacción al dolor, el maestro lo soltó y el animal cayó al agua y de nuevo estaba ahogándose. El maestro intentó sacarlo otra vez y otra vez el alacrán lo picó.
Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo:
¡Perdone maestro, ¡pero usted es terco! ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua el alacrán lo picará?
El maestro respondió: ¡La naturaleza del alacrán es picar, el no va a cambiar su naturaleza y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar y servir!. Y entonces ayudándose de una hoja, el maestro sacó al animalito del agua y le salvó la vida.
No cambies tu naturaleza si alguien te hace daño, sólo toma precauciones. Algunos buscan la felicidad, otros la rechazan. No olvides esto. No permitas jamás que la conducta de otras personas condicione la tuya. Sencillo, ¿no crees?
¡Cuando la vida te presente mil razones para llorar, muéstrale que tienes mil y una razones por las cuales sonreír!. Recuerda: que si te ha dolido alguna vez el alma, es porque Dios, te he agarrado demasiado fuerte para que no caigas.
1 comentario:
Muy buena la reflexión sobre el Alacran.
No porque los demás no vean ni oigan uno no tiene que seguir su camino.
Todos estamos llenos de conceptos. El ser humano que es fiel a si mismo llega a encontrarse.
Un abrazo.
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