Movimientos pragmáticos, programáticos y anti políticos en una sociedad sin existencia como Haití

Como reseña la historia en 1492 esa región estaba habitada por las etnias arawak, caribes y taínos, la cual a partir del proceso colonizante del momento histórico pasa a ser dominio español, quienes la llaman Antillas Mayores por haber en ella una población de 300.000 habitantes.

El inicio social de esa población esclavizada por el sistema imperante de la época, tiene un transitar histórico hasta 1803 con bemoles marcadores en la cruenta lucha por sobre salir de la condición que se había impuesto a la población secundaria que la historia reseñaba en esa geografía.

Ya que las etnias originarias en el curso de la evolución social, quedaron rezagadas por la relación humana de ese momento histórico y los pobladores qué el proceso social formó; en su mayoría provenían de latitudes africanas en cautiverio para el ejercicio del trabajo esclavizante.

En ese transcurso de más de 700 años, forzadamente la consecución social es llevada a una libertad en gestación, totalmente embrionaria y referencial ante las poblaciones de igual características, hasta 1915 que se interrumpe por el hecho interventor de los Estados Unidos que termina ejerciendo el control hasta 1934, que da paso a un proceso anarquizante hasta 1957 cuando fue elegido como Presidente François Duvalier, conocido popularmente como Papa Doc , sucedido en el poder por su hijo Jean-Claude Duvalier (Nené Doc) en 1971

De allí en lo adelante, la historia contemporánea que recién se ha refrescado como consecuencia de los episodios naturales registrados el 12 de enero de 2010 que tuvo lugar un terremoto de magnitud de 6,9 con un saldo de muertos que llegó a más de 300.000 personas y más de 1 millón quedaron damnificados.

Ante ese panorama histórico, narrado de forma puntual para establecer una base de partida del análisis que se pretende presentar sobre las condiciones sociales, políticas y económicas de esa sociedad en la actualidad, se puede decir; que la república presidencialista haitiana con dos ejercicios eleccionarios que arrojaron la elección de dos presidentes y un congreso constitucional en los años 2001 y 2006, presenta una profunda incertidumbre para encontrar el camino del fortalecimiento socioeconómico por vía política, es decir, el consenso de un plan de acción que conlleve hacia el mejoramiento de las condiciones de vida que se han agravado a raíz de los eventos naturales y la presión social y política en la actualidad posee dificultad para alcanzarse.

Al hacerse notorio, que más allá de una visión estructuradamente política, lo importante es un plan que derive de lo científico social que conlleve planteamientos de acción política para la implantación dentro de un clima de consenso o bien en un escenario anarquizado.

Ese punto común que debe enfocarse para el aglutinamiento de las condiciones extrema en una vertiente flexible, necesariamente debe captarse dentro de un estudio histórico social en el proceso de los acontecimientos, en la que las instituciones globales dentro de un control geopolítico, mantenga la brecha de lo que deba ordenar rígidamente de la población, que está amenazada a un sin número de condiciones adversas de salubridad general (física, epidemiológicas, psíquicas, económicas) que arriesgan la permanencia ciudadana y la del continente.

Pero en eso la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que lleva el estandarte para comprometer a los diferentes estados miembros, qué pretendiendo colocar intereses políticos, converjan en un convenio abierto con la estructuración de ese plan científico social que integre la acción inmediata para tranquilizar a una población de más de diez millones de habitantes, que ha sido forjada dentro de unas incidencias que no ha tenido a la fecha, oportunidad con la identificación existencial.

Y es preciso enfatizar en lo científico por las características geográficas de Haití, que la hace totalmente dependiente de agua, aunado al 70% de su población en pobreza extrema, en la que se desarrolla una economía agrícola en pequeña escala que genera unos ingresos para la subsistencia de 1 dólar por día dentro de una administración gubernamental subvencionada en el 40% de ayuda externa