Hablemos de decencia

En la actualidad refrescar esos conceptos en razón de ubicarse en la realidad existente con la relación social, podría importar en la medida que lo hagamos para formarnos un criterio adaptado a las creencias que forman los valores imperantes en la sociedad. Por lo general aceptamos conceptos como, La decencia es el valor que nos hace conscientes de la propia dignidad humana, por él se guardan los sentidos, la imaginación y el propio cuerpo, de exponerlos a la morbosidad y al uso indebido de la sexualidad. Tomado de:

http://valoreshumanos.tripod.com/decencia.htm

Ahora; en la actualidad es posible pensar qué sobre decencia existe una configuración conceptual distinta en el pensamiento de la gente o en todo caso que hay modificación en los valores o en el sentido de ellos ó que los mismos hayan sido sustituidos por pensamientos que aún están sin conceptualización en la moralidad, sobre todo; en los sentidos, qué es donde se manifiesta el respeto como valor principal o rector de la conducta.

Sentir en la interacción una carga de cinismo, mentira, descaro, fatuidad, es saber que se está presente en una relación con una carga de ignorancia, en cuanto al conocimiento del valor del respeto por sí mismo y continuar manteniendo esa interacción es navegar en el océano de indecencia

Sin embargo en la actualidad en forma genérica la relación social entrelaza entre valores totalmente distintos a los conocidos como sustentores de la decencia y ello nos hace preguntar, estamos ante una nueva decencia o la decencia como tal pasó a ser una fatuidad.

Ha habido en mi experiencias en relaciones qué desde mi punto de vista eran insostenible por su carga de ignorancia en cuanto a respeto, más sin embargo con gran pesar la mantuve por supuestamente tener claro qué en ella, el interés no era la evaluación moral de la relación sino el logro de un objetivo definido, que una vez obtenido, la pena moral por haberte sometido a esa experiencia, fue como estar en el baño después de haber caído accidentalmente en una letrina, donde con llanto y dolor fuiste dejándote correr encima el agua fresca que arranca lentamente la inmundicia que se desplaza al origen por el albañal, que entre tus pies yace en el centro de la ducha.

Esa sensación de alivio al dolor moral que surge del final de una relación cargada de interés, sobre pasa la condición moral de la decencia, es una nueva moralidad que se construye o ajusta valores sociales tradicionales, en detrimento de la relación social.

La importancia de la dignidad humana constriñe a la revisión permanente de los valores sociales, con la que la sociedad sostiene la moralidad, en razón de mejorar la relación entre sus componentes y hacer una decencia aceptable por todos.