EL POSARCAICO Y EL CIUDADANO
Autor: Rafael A. Salazar P.*
El hombre contemporáneo de manera individual, grupal y colectiva busca salidas a su problemática histórica. Aclarar la visión y misión ciudadana e institucional son fundamentales para alcanzar, conscientemente, esta meta de una forma humanista y ecológica. La elaboración de estas políticas públicas resulta de los objetivos que se proponen realizar los hombres, limitados por los recursos del real proceso y devenir histórico. Por lo cual, planteamos nuestra tendencia metodológica. Un instrumento teórico metodológico es entender a la sociedad como relaciones entre individuos sociales, integrada en totalidad por la infra estructura (fuerzas productivas), la estructura (nivel de vida por la forma de producción, distribución, cambio y consumo de riquezas) y la súper estructura (formas de conciencia social, de organización social y de Estado), presentando el Estado como el conjunto de instituciones u organizaciones sociales que definen el orden social. Esta concepción holística histórica nos conduce a un manejo de categorías que contribuyen a profundizar en el análisis, acertar en el diagnóstico, en la formulación y concreción de respuestas adecuadas de nuestro problema de minimizar los rasgos autocráticos que han predominado sobre los democráticos en la vida republicana venezolana. Se trata de convertir esta "democracia restringida" en autentica democracia, por la razón de superar la arbitrariedad y el autoritarismo que niegan el Estado de Derecho y originan la violencia institucional y civil. Por esto, en el foro nacional, nos proponemos a través de la discusión y el diálogo, la confrontación y el consenso, el respeto y la dignidad ciudadana, encontrar la justicia social, la paz, si enseñamos acatar y cumplir las normas morales, éticas y jurídicas que nos establezcamos, dando el ejemplo quienes dirigen el Estado al resto de los ciudadanos.
De acuerdo a nuestro actual diseño curricular constitucional nacional interpretamos que los ciudadanos somos políticos, sujetos de deberes y derechos, los cuales formamos parte del Estado y elegimos su directiva mediante el voto. Los apolíticos son hombres que existieron como sirvientes, esclavos, súbditos, sin derechos políticos, en otras palabras, no son ciudadanos. El politiquero ejerce los derechos civiles para estafar política, educativa, económica, ética y jurídicamente a sus conciudadanos, pretende la dirección del Estado ofreciendo proyectos colectivos y ejecuta medidas en función de la riqueza no colectiva, sino personalista y grupal, es un farsante. El orgullo del ciudadano en el ejercicio político por su capacidad de servicio a la comunidad honra, enaltece, dignifica y le crea seguridad, confianza y felicidad al pueblo, merece ser emulado. Por el contrario, el politiquero y el que hipócritamente se hace llamar apolítico causan malestar social y la gente honesta y honrada los rechazan por inconscientes, indecentes, tramposos, por lo cual requieren ser reeducados.
Los electos a la dirección del Estado una vez posesionados de sus cargos de presidente, diputados latinoamericanos y andinos, diputados nacionales y regionales, gobernadores, alcaldes, concejales, junta parroquiales, entre otros poderes, tienen que gerenciar el país dando a conocer la visión de dónde venimos, qué somos y hacia dónde vamos, y los correctivos, a objeto de garantizar la misión de realización de las expectativas de los derechos constitucionales de los compatriotas. El diseño constitucional y la ejecución de los planes de la directiva del Estado son sometidos continuamente al control, evaluación y calificación por el soberano, para evitar la impunidad y la perversión politiquera de la clase política. A los miembros de la dirección del Estado podemos apoyarle la conducta ciudadana y la autoritaria desaprobarla, y según el delito solicitamos la renuncia, destitución o revocatoria del mandato, desde una junta parroquial hasta el presidente de la república. Los candidatos a la dirección del Estado son electos por los miembros de sus respectivas organizaciones políticas para prevenir que los cogollos y mafias no los elijan, como ocurre cuando se transforman en politiqueros. Conforme a la capacidad ciudadana gerencial mediocre, buena o excelente se respalda o castiga con votos de legitimidad el mandato de los funcionarios públicos.
La población indígena y criolla que conforman el actual orden social institucional venezolano se ha desarrollado la indígena desde 20.000 años AC, constituyendo la Formación Social Amazónica Caribe y Andina. Interrumpido y desquiciado este orden social indígena por la invasión del colonialismo europeo comenzó a formarse la criolla. En este proceso nace la formación social venezolana de la europea, la indígena y la africana, “del encuentro de tres mundos”. Podemos decir que de 1498 a 1811, se implantó el colonialismo monárquico hispano. De 1811 a 1830, comprende la 1ra. República(1811-12), la 2da. República(1813-14), la 3ra. República(1817-19), la República de Colombia(1819-30), en guerra de independencia entre realistas por restablecer la monarquía hispánica y republicanos por defender la república y el título de ciudadano considerado más importante que otros, incluyendo el de libertador. Esta independencia republicana se consolidó en 1823. De 1830 a 1999, la 4ta. República. Del 31-12-1999 al presente, la República Bolivariana de Venezuela.
Esta muestra brevísima de la idea de nuestra actual realidad y de cómo se transformó la Formación Social Amazónica Caribe y Andina en Formación Social de Venezuela, mejora la visión de las diferentes formas de autoridad comunitaria, en lo que hoy día es nuestro territorio nacional. Nuestra primera forma de autoridad fue el cacicazgo. Sometido y casi exterminado este orden social indígena por el colonialismo europeo los reyes hispánicos se imponen, cuyos mandatos fueron realizados a través de virreyes, gobernadores y capitanes generales, entre otros. En 1811 pasamos de Capitanía General o Departamento de Venezuela a República de Venezuela, con el nombre de Confederación de Venezuela. En esta primera constituyente cambiamos el arcaico modelo constitucional monárquico por el republicano, quedando como autoridad los presidentes de la república. La dirección política y militar independentista contemporánea y coetánea con la modernidad por su compromiso con la liberación nacional, luchan contra el colonialismo y el atraso social arcaico, defienden la libertad soberana del pueblo, impiden por dos décadas(1810-30) lo "arcaico" y la "inmodernidad", por lo cual se diferencian de los mandatarios del arcaísmo monárquico y de la autoridad suprema del presidencialismo "republicano". Este presidencialismo hecho por la creencia de los funcionarios públicos de no trabajarle al Estado al servicio del pueblo sino al jefe o caudillo ( presidente, gobernador o alcalde), hacen la modernidad solamente de fachada y de los bienes colectivos su patrimonio privado y son irresponsables de hecho y de derecho frente a las instituciones y a la sociedad en general, dicen que están con los cambios pero estos modernizadores de embuste son reaccionarios, crean prebendas y privilegios groseros, casi siempre no cumplen el orden jurídico legal establecido, entre otras características.
Es de hacer notar que las diferentes formas de poder republicano están limitadas por el orden constitucional y legal. Los que no respeten ni cumplan las reglas del juego constitucional republicano se transforman en delincuentes: tiranos, autócratas, quienes mediante la arbitrariedad y el autoritarismo abusan del poder. Las particularidades del presidencialismo con la disolución de la Gran Colombia comienzan a predominar en Venezuela, convirtiendo esta sociedad no moderna en modernización pero sin entrar a la modernidad, formando parte de ella como país subdesarrollado, dominado, articulado a los países metropolitanos, con acumulación extrovertida de capital. Este período histórico venezolano lo hemos denominado simplemente posarcaísmo. De modo que en nuestro país existió primero el orden indígena, después el arcaísmo colonial hispano, le sigue la guerra de independencia en la constitución republicana y al hacerse predominante los rasgos autocráticos, autoritarios, politiqueros y delictivos en relación a los de ciudadanización continuamos con el posarcaísmo. Se quiere decir, que en el contexto de la 4ta. República y la República Bolivariana los rasgos autoritarios y politiqueros han definido a las personas posarcaicas, que por lo general han ocupado mayoritariamente frente a los ciudadanos los cargos de la dirección del Estado. Nuestra idea estratégica es reducir el posarcaísmo para que se imponga el Estado de Derecho, es decir, el Estado Republicano Democrático, para que asimismo se produzca el sosiego institucional y civil, fortaleciéndose el ciudadano. La cultura de la vida de los ciudadanos se opone a la cultura de la muerte de los retrógrados, bárbaros, posarcaicos.
El desarrollo de este orden social republicano originado en el proceso contradictorio entre absolutistas y patriotas, trascendiendo el pueblo de esclavo, servidumbre, súbditos y apolíticos a ciudadanos, pasamos de la dominación arcaica colonial a la neocolonial moderna. Liquidando la monarquía comienza a fundarse la república, pero quienes la han dirigido, principalmente, después de 1830 hasta el presente, reproducen vicios de la arcaica sociedad colonial, estos personajes del caudillismo histórico, de militares y de civiles, no son modernos ni arcaicos, son posarcaicos, por lo cual surge la contradicción entre posarcaicos y ciudadanos. La lucha de hoy por la trascendencia de la ciudadanización institucional para superar a los autócratas y politiqueros, la pobreza y miseria social con tanta riqueza natural y humana que tenemos, debemos lograrla resaltando el concepto de búsqueda de la verdad, los valores de participación protagónica ciudadana; asimismo, asumiendo el rechazo al engaño, a la delincuencia, a la destrucción social y ecológica, a la opresión, a la inconciencia; igualmente, apoyando la emancipación de la alienación, el amor al prójimo y a la naturaleza, la solidaridad, al saber, la concreción constitucional en la práctica social, la premiación a la praxis de ciudadanización y el castigo a la de posarcaización en la elección de quienes dirijan el Estado; y de esta forma, en nuestra cotidianidad, aunando esfuerzos con planes de acción de desposarcaización, fundemos verdaderamente el Estado Republicano Democrático de Venezuela.
Nota acerca de la renovación académica: La constituyente significa el cambio del currículo constitucional establecido por otro, como ocurrió en 1811, cuando pasamos del Estado monárquico al republicano. El control y ajuste o rediseño y formalización del currículo es permanente porque la realidad es dialéctica y legalmente lo realizamos de acuerdo al ordenamiento jurídico republicano. Los ciudadanos hacen propuestas y las que se aprueban los organismos competentes y entre ellos, la oficina de control y ajuste del currículo, la ejecutan. El caso de la reforma educativa en la elaboración de planes de estudio y programas de las materias, entre otros temas académicos, administrativos, de investigación y de extensión, tenemos que romper con los esquemas posarcaicos de participación ilegal autoritaria y de conciliábulos para poder actualizar los currículos según los principios de la democracia real, abierta y pluralista, donde el límite del participante sea su capacidad intelectual.
* Profesor Rafael Salazar, jubilado de la Universidad de Carabobo.
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