Reina la corrupción en pasillo del paraíso

Desde Poncio Pilato, la cosa sigue igual, por el bien, el mal; decidió la gente en aquel entonces, cuando Barrabas, el héroe, salteador de camino, fue salvado del castigo de herejía, por una muchedumbre que escogía, por mandato de Rey, la salvación de la muerte al bandido o al rey de los judíos.

Ya conocemos lo que paso en ese episodio, pero lo raro es que sigue pasando.

Cuando a la gente le dan a escoger, jamás se inclina por el bien para ellos.

Tal ves por eso, es que la corrupción es la que reina en los pasillos del paraíso, porque en el paraíso reina Dios.

Mientras la decisión de la gente salga de los intereses, estará haciendo efecto fuera de ellos, porque lo que hace sanar el espíritu y el alma, sale del corazón por donde se entra al paraíso.

La gente, por lo general busca bienestar y respeto, pero en ese afán, fija la visión en lo material como garantía de la comodidad y seguridad, porque lo equivale con buen vivir.

Pero le dura poco al ser producto de una ilusión materializada fuera e la realidad

Ya que la verdad no tiene que ver con deseo y menos con aspiración. Ella se configura con la realidad que esta presente en todo lo que se siente en cada quien que usa su corazón.

Para así, la unión de esas verdades, hacerlo todo real, dentro del paraíso, porque dispersas transitan sin dirección para entrar a la verdad real que está en el corazón de cada quien en el paraíso.