Esa referencia bíblica durante siglos la humanidad la ha utilizado para indicar qué las cosas que están resaltadas, no necesitan significación porque tácitamente se manifiestan sin algún manto que las veda o mascaras que las oculte.
En el caso al que hago referencia para indicar la esencia del episodio surgido, es al papel que viene ocupando la mujer en general, cuando la muestra de su valentía determina el valor e importancia de su participación.
Creo y respeto a la mujer en todas sus manifestaciones conductuales, pero en el subrayado es preciso indicar que hay ciertas actitudes que en ellas hace el valor de lo que significa en la actualidad su determinación en los asuntos sociales.
En lo particular he sido objeto de muchas manifestaciones que me hacen ver con aseveración lo que ahora manifiesto, pero debo resaltar que hay asuntos en la que he vivido, como en el que recién me involucré, que hace un gesto especial para definir que la participación de la mujer sin lugar a dudas, tendrá una importancia en los próximos tiempos en todos los segmentos sociales.
Ellas llevan pantalones sin dejar su feminidad y delicadeza, que las destaca como seres hermosos de la vida, mientras que entre hombre más allá de la admiración, se desea ser atendidos por esas heroínas del futuro, por las que habrá que dotarse de cualidades muy particulares para calificar con las que se perfilan, como las que tomarán las riendas del conocer la esencia del hacer y el vivir.
Y, por eso fue qué al abrir la puerta de mi apartamento, para hacer una referencia actual, después de escuchar el rin del timbre y el sonido del suave y delicado toque que indica el llamado a la entrada, me encontré con un rostro en un cuerpo firme y delicado, que llegó para hacerme entrega de una encomienda que horas antes había solicitado. Solo hubo una expresión integral de micro segundos y ella bastó para reconocer que estaba frente a una determinación con alto grado de respeto, en la que sin aliento pude articular el agradecimiento y la amabilidad que significaba la molestia de llegar en cuerpo presente con lo que había requerido y tal vez, si hubiese habido más oportunidad, hubiese dicho lo grande que es el gesto de reconocimiento que estaba frente a mí en la puerta de entrada a mi apartamento o si el flash hubiese sido algo más largo, porque en todo quedaba tácito, que a partir de ese momento, la conducta firme del tallado de aquella personalidad, sería lo que se impondría como figura para el entendimiento.
Vaya que si no he sido iluso al manifestarme de esa forma para resaltar ese momento que tanto anhelé de la situación generada por falta de una determinación en el procedimiento aplicado, para resolver lo colectivo alejado de lo individual. Y también lo asertivo de lo que estoy ahora formulando para indicar, que nuevamente los rostros firmes son los que dicen confianza y garantía de idoneidad para lo que se tendrá como resultado de una gestión encomendada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario